En principio, las investigaciones o estudios científicos pueden ser clasificados desde dos perspectivas, ambas mutuamente complementarias, aunque claramente diferentes. En primer lugar, pueden clasificarse en función del objetivo que persiguen; es decir, atendiendo al tipo de conocimientos que el investigador busca al realizar un estudio. En segundo lugar, las investigaciones difieren y pueden clasificarse también en función del método que el investigador utilice para llevar a cabo el proceso de investigación; esto es, según la forma de generar la información que luego se convertirán en nuevos conocimientos.