La antigua Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas, que es el nombre original de nuestra Unidad Académica, fue fundada en 1875 con una motivación que respondía a las necesidades de su época. En aquel tiempo, los recursos del Estado constituían el motor del desarrollo nacional, mientras que la renta proveniente de las exportaciones guaneras estaba siendo explotada por una oligarquía sin visión de desarrollo nacional. En ese contexto, el Presidente José Pardo propuso la creación de una elite de funcionarios públicos con una sólida formación en administración pública y economía política.

Este modelo requería que el Estado estuviera liderado por individuos con una amplia formación en cuatro áreas específicas: economía política, administración pública, ciencia política y derecho público. Por lo tanto, se diseñó una especialidad que ofreciera formación en estos cuatro campos. Según el Presidente Pardo, esta tarea podía ser llevada a cabo por un destacado maestro francés, el Dr. Pablo Pradier Foderé, quien fue buscado para crear y dirigir la nueva Escuela Académica.

Al asumir sus funciones, el maestro Pradier Foderé diseñó la nueva Facultad siguiendo el modelo en el que se había formado en su Francia natal. Una vez establecida, dotó a la Facultad de una filosofía político-económica alineada con el pensamiento descrito. Después de las guerras de liberación de España, el Perú logró su independencia política, pero no su independencia económica. Se consideraba que esta última solo se podría lograr a través de la industrialización. Por lo tanto, el objetivo principal de la nueva especialidad era orientarse hacia la consecución de la "independencia económica" del Perú.

Esta fue la misión concebida por el fundador para la Facultad, la cual adoptó un lema orientador: "Por la Independencia Económica del Perú".

Esta importante labor formativa y de creación se vio interrumpida por la Guerra del Pacífico. Una de las consecuencias negativas de este conflicto injusto fue que el Decano Fundador de nuestra antigua Facultad optara por retirarse y regresar a Francia. Allí, realizó una campaña en apoyo a la causa peruana y denunció la guerra que Chile llevaba a cabo en nuestras tierras. En este gran esfuerzo, redactó un célebre "Comunicado sobre la Guerra de Chile contra el Perú y Bolivia", dirigido a los miembros del Instituto de Derecho Internacional que se reunieron en Munich (Baviera, Alemania) el 4 de septiembre de 1883. En este documento, formuló una denuncia conmovedora y bien documentada sobre la brutal e inhumana agresión chilena contra el Perú.

Durante el transcurso de la guerra, asumió el Decanato de nuestra antigua unidad académica el Dr. Ramón Ribeyro, quien participó en la defensa de Lima con el rango de Coronel de las Unidades de Reserva. En combate, fue acompañado por profesores y alumnos de San Marcos, quienes contribuyeron de manera sacrificada y heroica a la defensa de nuestra ciudad capital.

En ese escenario, en el cual se realizaban las exportaciones de caucho, azúcar, petróleo, cobre y algodón, se requerí a contar con personal capacitado en la obra de conducir nuestro servicio aduanero y consular. Esta necesidad se transfirió a nuestra antigua Facultad que, sensible a tales requerimientos, procedió a crear la especialidad de experto en el Servicio Consular y Aduanero.

Al lograr las tropas invasoras sus objetivos de ocupar la ciudad, la vida académica continuó en las casas de los profesores de la Facultad. No fue posible realizar clases en las instalaciones de la Universidad debido a que estas fueron convertidas en cuarteles militares chilenos.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el Perú ingresó en una nueva etapa económica en la que predominaban las exportaciones realizadas por grandes empresas privadas. Esto marcaba una diferencia con el modelo basado en las exportaciones guaneras y salitreras, que constituían un monopolio estatal operado a través de concesiones privadas.

En este contexto, en el que las exportaciones de caucho, azúcar, petróleo, cobre y algodón cobraban protagonismo, se hizo necesario contar con personal capacitado para dirigir nuestro servicio aduanero y consular. Esta necesidad se trasladó a nuestra antigua Facultad, que, siendo receptiva a tales requerimientos, decidió crear la especialidad de Experto en Servicio Consular y Aduanero.

Otras exigencias surgieron al término de la Primera Guerra Mundial, enfocando los debates académicos en problemas inherentes a la Economía Política y las decisiones centralizadas versus la necesidad de dejar al mercado la asignación de recursos. Paralelamente, a nivel latinoamericano, crecían las demandas de democratización universitaria.

Estos aspectos pronto se convirtieron en demandas sociales que condujeron a la implementación de la primera reforma universitaria peruana, la cual tuvo lugar en 1920. Cabe destacar que en otros países latinoamericanos ya se habían llevado a cabo reformas más o menos profundas en sus sistemas académicos. Los cambios también afectaron a nuestra unidad académica, la cual no solo se modernizó, sino que también modificó su denominación, adoptando un nuevo nombre más adecuado: Facultad de Ciencias Políticas y Económicas.

Como era de esperar, la nueva denominación conllevó cambios en la programación de estudios, que incluyeron materias pertinentes a la época, como Estadística. Esta materia fue impartida por el Dr. Oscar F. Arrús, quien en nuestras aulas llevó a cabo, por primera vez en América Latina, la cuantificación seriada del costo de vida, basada en el año 1913. Este hecho demuestra el énfasis puesto en el estudio de los aspectos cuantitativos de la economía. Además, por primera vez se introdujo en nuestras aulas la disciplina de Historia Económica y Financiera del Perú, impartida por el Dr. César Antonio Ugarte, quien contaba con una sólida formación académica y diplomática, así como un profundo conocimiento de la historia del país. El Dr. Ugarte añadió un fino nacionalismo de filiación andina, perceptible en el contenido sustancial de sus lecciones sobre Historia Económica y Financiera del Perú. Sus enseñanzas fueron sistematizadas en el notable libro "Bosquejo de la Historia Económica del Perú" (publicado en 1926), que sirvió como texto de referencia fundamental para José Carlos Mariátegui al escribir su ensayo sobre el "Esquema de la Evolución Económica".

Al término de la década de los años veinte, tuvo lugar la gran crisis económica internacional que sacudió a todo el mundo, incluido el Perú.

Para entonces, nuestra Unidad Académica se adaptó a los nuevos tiempos. El 19 de mayo de 1928, mediante la Ley Nº 6041 del Estado, asumió el nombre que lleva actualmente: "Facultad de Ciencias Económicas".

Este cambio de denominación fue acompañado por un avance en el ámbito académico, reflejado en dos aspectos bien definidos: en primer lugar, en la profundización del estudio de las instituciones económicas; y en segundo lugar, en el perfeccionamiento de los instrumentos analíticos para comprender el funcionamiento de los mercados de competencia.

Una muestra de esos cambios se puede percibir en la relación de las materias que se incorporaron al Plan de Estudios de entonces y de las destacadas personalidades que las impartieron. Una relación (aunque parcial) es la siguiente:

  • Dr. Abraham Rodríguez Dulanto ("Geografía Financiera")
  • Dr. César Antonio Ugarte ("Historia Financiera General y del Perú", y "Economía Monetaria y Bancaria")
  • Dr. Oscar F. Arrús ("Estadística")
  • Dr. Erasmo Roca ("Economía Política General", y "Finanzas Generales")
  • Dr. Emilio Romero ("Historia Económica General y del Perú", y "Geografía Económica General y del Perú")
  • Ing. Fernando Fuchs ("Matemática Económica y Actuarial")
  • Ing. Pascual Saco Lanfranco ("Economía Agraria")
  • Dr. Luciano Castillo ("Economía Social")

  • La relación anterior nos revela que en nuestra antigua especialidad se había congregado una notable élite de destacadas personalidades del pensamiento progresista y social de la época.

    Ellos, por supuesto, desempeñaron un papel importante en la segunda gran reforma universitaria del siglo XX, la cual tuvo lugar al finalizar la década de los años veinte. Sin embargo, al comenzar la década siguiente, la Universidad de San Marcos se vio obligada a suspender sus actividades el 13 de abril de 1932, y esta suspensión solo fue levantada el 28 de junio de 1935.

    La reapertura en 1935 de nuestra Casa de Estudios trajo consigo nuevos aires, los cuales implicaron una ampliación de su alcance. En nuestra Facultad, esto se tradujo en la inclusión de nuevas especialidades, como el caso de la Contabilidad (una disciplina que anteriormente era enseñada por un Instituto dependiente de la Cámara de Comercio, la cual, a su vez, la había adquirido del antiguo Consulado de Lima).

    El hecho es que debido a esa ampliación, la Facultad de Ciencias Económicas de entonces otorgaba los siguientes grados y títulos:

  • Bachiller en Ciencias Económicas
  • Doctor en Economía
  • Experto para el Servicio Consultor
  • Experto para la Administración Pública
  • Bachiller de Comercio
  • Contador Público
  • Actuario

  • Posteriormente, con los cambios derivados del nuevo ordenamiento universitario de 1946, las especialidades de Experto para el Servicio Consular, Experto para la Administración Pública y Actuario fueron eliminadas. Al mismo tiempo, la denominación de nuestra unidad se amplió, pasando a llamarse Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales. Antes de finalizar la década de los años 50, esta facultad incorporó la especialidad de Administración, por lo que las especialidades que se desarrollaban en ese momento eran tres:

    1) Economista
    2) Contador Público
    3) Administrador

    Por entonces, en la especialidad de Economía surgieron fuertes tendencias orientadas a incorporar en nuestro plan de estudios disciplinas propias de la época, tales como Teoría Económica, Métodos Cuantitativos, Desarrollo Económico y Planificación. Estas exigencias fueron ganando terreno a lo largo de la década de los años sesenta, hasta que se produjo el cambio del sistema facultativo anterior por el de los departamentos y escuelas, establecido en 1969.

    Al introducirse la nueva organización académica, también hubo una profunda reestructuración curricular. Se suprimieron las materias pertenecientes a las especialidades de Derecho y Contabilidad, que en el régimen anterior cubrían, en conjunto, más del 50 por ciento de los cursos impartidos. En su lugar, se incentivaron disciplinas propias de la Teoría Económica, la Econometría, así como las Matemáticas para Economistas, entre otras relacionadas con la Economía Social. Estos cambios representaron un notable avance cuando fueron introducidos.